Investigación en el Arte. Inspiración, creación, aportación.

Si partimos de la muchas veces citada idea aristotélica: “Nada se encuentra en el intelecto que no se encontró por primera vez en los sentidos” (Chambliss, 1987), comienzo con una pregunta: ¿qué otra disciplina nos acerca más a una experiencia sensorial si no es el arte?

Bajo esta premisa, me he acercado a algunos textos que tocan el tema del proceso de investigación como un proceso generador de conocimiento, más específicamente en el terreno de las artes y me parece que hay puntos importantes que vale la pena poner sobre la mesa para abrir a la reflexión y análisis sobre el tema.

En primera instancia, me gustaría hablar de la idea de la investigación como actor primordial en el proceso creativo, ya que como diría Virginia Wolf, “Nadie se crea por sí sólo” (Soler, 2008). ¿Cuántas veces el diseño de revistas editadas en épocas ya muy lejanas, los ensayos de literatos consagrados, los grabados de antiguas civilizaciones, o simplemente, bocetos de otros artistas enloquecidos por su mente brillante, han provocado en nosotros el chispazo necesario para generar una obra, un diseño o una creación? No es sino a partir de una investigación, que entramos en contacto con otras manifestaciones que nos sirven de inspiración como creadores, y mas adelante, con la profundización de dicha búsqueda, en el fundamento teórico – práctico de nuestra obra. Podemos decir que la investigación y nuestro acercamiento con el conocimiento, incentiva, de alguna manera, nuestra creatividad y esto para mi, es un primer punto al hablar de investigación en el arte.

Ahora bien, hemos indagado y profundizado en aquella manifestación que nos ha servido de inspiración y reflexionamos sobre ella, lo aplicamos a nuestra obra o a nuestro diseño y podríamos mostrar y explicar a otros el resultado de un proceso creativo que hemos estudiado. De acuerdo con González (2007), “Para explicar a otros lo que antes les mostramos, recurrimos nuevamente a las configuraciones de información e interpretación densa que seamos capaces de construir” (p.68). Esta interpretación puede estar reflejada en nuestra creación y así, generar una obra mucho mas cargada de significado y valor artístico, lo que algunos calificarían como “una obra de calidad”.

Desde mi punto de vista, se requiere de cierta sensibilidad para caer en la cuenta de que existe un problema práctico. Según González (2007), una vez detectado este problema, es una motivación la que hace que se transforme dicho problema en una pregunta de investigación, que conlleva a una duda, y que finalmente termina en un problema del conocimiento (p.66) que trasciende la esfera de lo artístico.

Quizá sea por eso que Stephen Wilson, profesor de Diseño Conceptual en la Universidad Estatal de San Francisco (2008), dice que se requiere de la visión del artista, de su espontaneidad, de su ironía y crítica del que carecen muchos investigadores científicos o sociales para convertir así al arte en parte fundamental del proceso de cambio que ha significado la investigación a nuestra cultura, es entonces cuando encontramos al artista como agente importante en la generación de conocimiento en la sociedad actual, no sólo al científico o al sociólogo, sino al creativo que una vez que se ha valido de su capacidad de observación para detectar un problema, ha sido capaz de crear a través de la información y comunicar a través de la investigación.

Es por ello que ha sido fundamental el surgimiento de iniciativas institucionales de investigación en las artes. En México por ejemplo, según dice De la Herran (1988), la investigación artística desarrollada en el ámbito institucional data de 1935 al instalarse el Laboratorio de Arte de la UNAM que un año después se convirtió en lo que hoy es el Instituto de Investigaciones Estéticas dirigido al estudio de la teoría, la crítica del arte, la estética y la conservación del patrimonio artístico nacional. Durante el periodo 1921-1946, el entonces Departamento de Bellas Artes de la SEP aportó nuevas ideas de investigación, concluyendo en su momento, que se había descubierto la investigación artística al mismo tiempo que nuestro arte (De la Herran, 1988, p.12). Fue hasta 1983 con el establecimiento de la Dirección de Investigación y Documentación de las Artes, dependencia de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas, que se agrupó por primera vez los diversos centros de investigación existentes en el INBA y se dio mayor importancia a la investigación en cuanto al arte se refiere (De la Herran, 1988, p. 17). De igual forma, podemos ver hoy en día fundaciones internacionales como el IFAR (que quiere decir en sus siglas en ingles, Fundación Internacional de Investigación Artística), que tiene sus orígenes en los años 70, en cuya página de Internet se publican textos de conservación y preservación artística, leyes que protegen el arte y la propiedad cultural, así como noticias y publicaciones editoriales recientes sobre el quehacer de la investigación en el arte a nivel mundial.

Para concluir: “Un artista es un investigador, siempre empujando las fronteras de lo posible. El artista trabaja para cambiar nuestra percepción del mundo, indaga en el medio y las técnicas que ha elegido, experimentando y desarrollando nuevos caminos y visiones, no importa si es pintura, piedra o código, el proceso es el mismo” (Soler, 2008, p. 14). Yo añadiría a la frase de Pedro Soler, que no importa si es pintura, piedra o diseño, el proceso es el mismo, ya que como creadores que nos hemos acercado a la investigación, tenemos un compromiso, no sólo con nuestra propia obra que tomará un rumbo más sólido a partir de nuestra búsqueda, sino también con el conocimiento que generemos, con nuestra forma de entender y enseñar lo que descubrimos del pasado, lo que hacemos con su re-interpretación en el presente y lo que entregamos para el futuro.

Irene Soria

Referencias:


Chambliss, Joseph, James. (1987). Educational Theory, a theory of conduct: from Aristotle to Dewey. Estados Unidos: Sunny Press.

De la Herran, Esther (1988). Signos: El arte y la investigación. México: INBA, Dirección de Investigación y Documentación en las Artes.

González, Jorge A. (2007). Cibercultura e iniciación en la investigación. México: CONACULTA, UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Instituto Mexiquense de Cultura.

Wilson, Stephen (1996). Art as Reserch. San Franciso State University. Obtenido en junio 2, 2009 de http://userwww.sfsu.edu/~swilson/papers/artist.researcher.html

Soler, Pedro (2008). Artist and Free Software, an introduction. En Mansoux, Aymeric & de Valk, Marloes (Eds.), FLOSS + Art (14 - 17). Francia: OpenMute

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